Tía Amparo tiene una nueva casa desde hace muy poquito y tenía muchas ganas de ir a conocerla y de ver como se encontraba. Está en una residencia en Tres Casas. Flor ya había estado un par de veces y yo estaba deseando ir. El segundo día de fiesta decidimos acercarnos por la tarde, intenté contactar con ella y no lo conseguí así que le dimos una sorpresa y se mostró encantada. Se la ve feliz y todalmente adaptada al lugar por lo que da gusto estar con ella. Tiene un caracter envidiable y se deja querer. Me hizo mucha ilusión el viaje y espero repetirlo muchas veces.
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