Como no deja de inventar, ahora se ha dedicado a colocar tejas, que tenía abandonadas de cuando hicimos la casa hace los menos 16 años, en la parte trasera del pajar para que no se filtre el agua porque por esa parte el tejado está casi a ras del suelo. La verdad es que es una forma de aprovechar una cosa que estaba inutilizada y si encima vale para algo pues mejor que bien. Menos mal que aquí no hace el calor que nos cuentan está haciendo en Alcalá porque si no sería imposible movernos tanto, las fotos están hechas a las 6,30 de la tarde, lo digo por mi sobra. Mi tarea mientras, además de hacer las fotos, ha sido limpiar judías que ahora se están secando las verdes y hay que ir acumulando para el invierno que luego están muy ricas y leer un rato que me encanta en la huerta a la sombrita, es una gozada.
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