Fátima y Benito en Villaflor el 18 y 20 de junio

Después de unos días pasados en Alcalá, Fátima y Benito han venido a traerme a Villalfor y hemos aprovechado para hacer una excursión que el Centro programó la semana pasada pero que nosotros cuatro no habíamos podido realizar.

El sábado salimos de Villaflor a las 9,30 de la mañana y la primera parada la hicimos para desayunar en Salvatierra de Tormes, un pueblo medio derruido, pero con encanto y con unas vistas al embalse de Santa Teresa muy bonitas. Hacía una mañana fresquita pero soleada y daba gusto pasear. Desde allí a Candelario que era el destino elegido, aunque ya habíamos estado otra vez, es un pueblo que aunque es cansado para las piernas para la vista es una gozada. Coincidimos con una concentración de motos y un rally de coches por lo que había un ambientazo. Paseamos por las calles, las recorrimos de abajo arriba primero y de arriba abajo después y cuando consideramos oportuno nos pusimos camino de Béjar que era donde pensábamos buscar para comer. Pinto nos aconsejó un sitio al lado de donde había hecho la carrera y fue un acierto total. Comimos mucho, bien servido y muy bueno, el precio también muy bien por lo que salimos contentos del estómago y del bolsillo. Recorrimos también Béjar con intención de bajar la comida y nos fuimos a Barco de Ávila y después a Piedrahita, aquí descansamos un ratito tomando una cerveza en la plaza. Regresamos por Ávila, vimos a la abuela y tomamos la penúltima, algunos aprovecharon para tomar un cubata porque el regreso conmigo desde allí a Villaflor lo tenían asegurado.

En Villaflor era la fiesta de San Marcos y había baile, y aunque al baile no fuimos si salimos tomar algo, estaban Alberto y Lola y estuvimos los seis hasta las 2 de la mañana. Día completito,

El domingo volvimos a quedarnos solos porque Fátima y Benito se marcharon a comer a Alcalá temiendo la caravana y Alberto y Lola nada más comer para poder ver a su madre que está en una clínica de rehabilitación en Guadarrama.