Ana y Juan nos dieron la agradable sorpresa de llamarnos y decirnos que venían a pasar el fin de semana. Llegaron cerca de las cuatro a comer porque salieron cuando cerraron la tienda, comimos dimos una vuelta por el pueblo y nos fuimos a Ávila, llevamos a la abuela al Bingo y mientras nosotros nos fuimos a ensañarles un poco Ávila y a cenar. Sentí que no vieran las murallas iluminadas porque para nuestra sorpresa la iluminación brillaba por su ausencia. Nos acostamos tarde y el domingo cuando desayunamos nos fuimos a dar un paseo hasta Ovieco llegamos para ir a misa y ver los altares que ponían por el pueblo con motivo del día del Corpus. Al menos vieron algo de vidilla en el pueblo. Tomamos una cerveza en el bar y nada más comer se fueron temiendo la caravana de regreso. Hemos estado encantados de la visita esperamos tener más de estas en lo que estemos aquí.
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