Se nos han ido los inquilinos del piso de mis padres y hemos ido a echar un vistazo. Llevaban siete años y medio unos rumanos y está bastante bien, solo va a necesitar una manita de pintura en alguna de las habitaciones aunque ya de paso lo pintaremos entero. Los muebles de las habitaciones están cambiados de sitio, los volvemos a ubicar y queda bien para volverlo a alquilar. Hemos estado Alberto y yo y los dos nos hemos llevado alguna cosa, él el azulejo de hincha del Madrid y yo un plato para la chimenea de Villaflor. La nostalgia ha sido grande, los recuerdos son muchísimos yo no he querido entrar cuando estaba ocupado y ahora vacío es menos duro es como que llegas en un momento en el que no hay nadie pero que están. En fin, había que hacerlo y la misión se ha cumplido.
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