Ponferrada. 30 de julio

El lunes por la mañana Fátima y Benito partieron después de desayunar camino de Palencia y el resto nos fuimos al Centro de Interpretación de Muniellos, hicimos un pequeño recorrido para ver unas vistas del Parque impresionantes. Este día hacía un sol espléndido y se divisaban muchos metros a la redonda. Allí nos despedimos de Manuel y Merche y continuamos el resto a Ponferrada. Nos dimos de cara con el hotel sin buscarlo y aprovechamos para dejar las maletas. Después una vuelta y a comer en un sitio que recomendamos no ir a nadie, lentos a no poder ser más, para empezar media hora y lo mismo entre plato y plato, a su favor que estaba todo muy bueno. Nos dio poco tiempo a descansar y nos fuimos a Las Médulas. Había dos recorridos para hacer, uno corto y otro largo, elegimos el corto y llegamos a la Cuevona y a la Encantada, desde allí Marino se volvió y nosotros continuamos por el camino largo y para alargarlo más subimos a un mirador, Lola y yo nos volvimos pero Alberto siguió adelante, en fin que el mayor logró cansar a todos. El paisaje desde el mirador valió la pena, las médulas desde lo alto son impresionantes y el paseo entre castaños es una gozada. Marino descasó como una hora esperándonos, tomamos unas cervecitas y para casa. La cena la hicimos en un sitio de los de lujo, La Cuadra, junto al castillo, sobre la hierba, en la calle, con luces, un sitio la mar de bonito. La noche invitaba a pasear y eso hicimos, paramos a tomar un cubatilla y a dormir. El hotel estupendo un AC de cuatro estrellas muy bien situado y muy bien atendido.