Pilar y Isidoro me trajeron de su tierra estas ramas tan bonitas que no tengo ni idea de como se llaman y en ellas venían las semillas, solo había que sacarlas y sembrarlas. Las ramas seguían siendo tan bonitas pero se podían multiplicar. Yo las planté cuando ella me dijo y lo que ha salido son ese montón de hojas verdes, se supone que tienen que hechar los palos con las hojas nacaradas, lo iremos viendo pero de momento están la mar de bonitas. Con las plantas me hizo llegar también un cántaro porque había visto mi cantarera vacía y ahora parace otra cosa gracias a Pilar. También me mandó unas flores rojas que aunque son artificiales hacen muy bonitas en el jarrón que me regalaron el año pasado Juli y María Eugenia. Piedad me dio un espejo que he restaurado y lo he acoplado adornando el arcón que me había regalado tía Nico. También he añadido en la pared un celemín que me traje de Torreiglesias y que ha restaurado Pepi en un curso de restauración en Alcalá. Lo último añadido ha sido una lechera de casa de mi abuela que junto con el cuartillo y el medio cuartillo hacen más decorativos los estantes del armario. Ahora lo he recolocado todo, he pasado unas estanterías muy feas a la parte de los utensilios del día a día de la huerta y mi museo está mucho más bonito.
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