domingo, 13 de mayo de 2012

Cortando cañas en Talavera 12 de mayo




Ya iba para dos años que empezó a cuajarse esta visita pero hasta hoy no se ha hecho realidad. Emilio nos ofreció unas cañas para las judías cuando se enteró que Marino sembraba judías y Marino encantado porque no encontraba en Villaflor. Por fin después de muchos intentos fallidos nos pusimos de acuerdo y nos juntamos allí con Juli y Ana, Mariluz, la madre de Emilio, su tía Esther y su sobrina Diana. Llegamos a su casa después de un paseito muy agradable por Talavera y lo primero que hicimos después de saludar a la familia fue cortar las cañas, las metimos en el coche y después empezó el descanso.
Su madre nos hizo una estupendas patatas y un asado de costillas que estaba para chuparse los dedos. La tertulia después de la comida fue larga y fructífera, organizamos el mundo en un plis-plas, una pena que no nos hagan caso los que lo pueden llevar a cabo. Las cinco o seis hora que pasamos en el lugar fueron de lo más agradable, nos sentimos como en casa, yo salí con la sensación de haber estado allí muchas veces, son de lo más acogedores. Además de las cañas con las que Marino iba como un chico con zapatos nuevos nos dieron un granado que yo me llevé la mar de contenta, así que los dos recompensados.
En el último momento pensamos que lo mejor sería descargar en Villaflor y en lugar de regresar a Alcalá nos fuimos a Villaflor. El camino entre Talavera y Villaflor atravesando la sierra ha sido de lo más bonito. El campo está que da gusto verlo.  La huerta nos lo ha agradecido porque con el calor que hace necesitaba un poco de agua y Marino ha regado y yo le he ayudado un poco por allí en lo que he podido. Al final un fin de semana que se presentaba tranquilo ha sido de lo más ajetreado pero hemos disfrutado un montón y no nos ha importado en absoluto.

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