El día 17 fue el elegido para enseñar el piso a Alberto y ver si tenía algún fallo. Nos pilló un poco lejos para poder acudir a la cita, estábamos en Canfranc de viaje. Avisaron con muy poco tiempo y no podíamos cambiar nada pero me quedé con todas las ganas de ir a verlo y he sentido mucho no estar ese día en Alcalá.
Le acompañaron Flor y "el Ace" y quedaron muy contentos de lo que vieron. Los desperfectos eran mínimos y les parecido todo muy bonito, las puertas muy modernas el sistema de apertura de las ventanas con muchas opciones, el salón estupendo, las habitaciones un poco pequeñas pero con los armarios empotrados forrados de madera, los cuartos de baño con la decoración de los azulejos bonitos y bien colocados los radiadores. Las plazas de garaje al lado del ascensor y el trastero amplio.
En fin que Alberto está contento y no pone ninguna pega, ahora faltan unos tres meses para que les den las llaves y empezar con los papeleos del banco y demás para después liarse con cocina, muebles y resto. Mucho que hacer pero con ilusión.
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