Era el cumpleaños de Alberto y se nos ocurrió ir a felicitarle y tomar algo con él. Le llamamos y quedamos para dar una vuelta por Madrid y después esperar a Lola y comer con ellos.
Llegamos a Príncipe Pío después de un recorrido alrededor de Madrid porque cogimos en Alcalá un tren que decía Alcalá-Príncipe Pío, pero no decía que pasaba por las Rozas, así que tardamos en llegar 1 hora y 40 minutos, vamos que podíamos haber llegado a Ávila sin problemas. La verdad es que la mañana estaba muy clara y disfrutamos del paisaje.
Por Madrid anduvimos por los Jardines del moro, por la plaza de España, intentamos visitar la iglesia de San Antonio de los Alemanes pero estaba cerrada, paseamos por la calle Mayor, la plaza Mayor y sus alrededores y nos juntamos con Lola en un Restaurante extremeño, pequeñito pero que comimos de maravilla, imposible terminar todo lo que ponen. El café en la casa de Granada que está en un sexto piso y tiene una terraza mirador que es una gozada. Después pasamos la plaza de la Villa y llegamos a la Almudena y visitamos la Cripta, yo no la conocía y vale cien veces más que la Iglesia, vamos que es preciosa. Desde allí otra vez a Príncipe Pío y de regreso a Alcalá que había que ensayar a las 7,30. A mi me encanta esto de ir a pasear a Madrid sin rumbo y sin prisa, Madrid tiene para ver tanto que no te aburres aunque vayas veces y veces.
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