Hemos vuelto rempetinamente a Alcalá al enterarnos de que Paz estaba muy grave. Murió cuando estábamos de camino y han sido unos días muy malos. Nos queda el recuerdo de una chica alegre, servicial a más no poder, desprendida como pocas, pero que la vida le ha jugado muy malas pasadas y la última fatal. No voy a olvidar nuestras largas charlas, su ayuda a mi familia cuando faltó mi padre y que eramos muy jóvenes, su apoyo a mi hermano y un sifín de cosas que ella hacía de corazón. Siempre la tendré presente.
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