Un año más en Avila a Nochebuena y Navidad. En la cena más que en la comida por los repartos de familias. Disfrutamos mucho con Carlota que se portó como una jabata, supo soportarnos a todos y lo llevó con mucha resignación. Nos hizo de todo y tuvimos la oportunidad de disfrutar con sus dos añitos. Está preciosa. Nosotros fuimos a Villaflor y nos acompañó todo el tiempo la niebla que estaba instalada allí y no se quiso marchar en ningún momento. Fuimos y volvimos los tres, este año Alberto trabaja la semana siguiente y regresamos juntos a Alcalá, viaje corto pero bien aprovechado.
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