Flor ha venido huyendo del calor y de las fiestas de su barrio. Llegó el viernes por la noche y la tenía preparadas tares villafloreñas, preparamos la fruta para hacer mermelada. El sábado nos hicimos un paseo de los largos. Nos dimos una buena vuelta, hasta Santo Tomé y volvimos por Lagasca. La tenía preparada sus comidas preferidas. Limpiamos garbanzos, otra tarea villafloreña y repetimos otro gran paseo por la tarde, nos bajamos a San Pedro a tomar una cerveza y volvimos. Por la noche más de garbanzos. El domingo otro paseo esta vez más corto y un poco de bares antes de comer. A las 6,30 la llevé a San Pedro al Bus. Aunque fue poco el tiempo lo aprovechamos a tope, no perdimos ni un segundo. Disfruté un montón, ojalá se repita muchas veces.
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