Habíamos quedado con Pili para ir a conocer su casa en Campoamor. Nunca coincidimos en las fechas en las que pasamos unos días en la playa y esta vez al fin nos hemos puesto de acuerdo. El domingo nos fuimos a bañarnos a su playa y al final nos convencieron para comer con ellos. El agua estaba muy buena, quitando lo de La Manga fue el primer día que daba gusto entrar a bañarse. Dimos una vuelta por su barrio, tomamos una cerveza y comimos en su casa. Pasamos un rato muy agradable con ellos. Marina se adaptó, como siempre, como si los conociera de toda la vida. Me encantó ir y ahora espero que tengamos la ocasión de volver a coincidir y que sean ellos los que nos visiten a nosotros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario