Hemos ido a Avila a hacer la compra gorda y hemos aprovechado para ir a ver los niños de Lucía. Javi ahora al lado del peque parece mucho más grande a parte de que ha cambiado mucho y está muy mayor. El peque es muy simpático y después de levantarle de la cuna, que me dio mucha pena, nos regaló unas sonrisas en vez de mandarnos muy lejos. Me encantó achucharle tan pequeñito, tenía muchas ganas de ir a verlos y ahora que estamos por aquí seguro que nos presentaremos más de una vez a darles unos achuchones. También fuimos a ver a la abuela y compañía, hacía una mañana estupenda y Avila está preciosa, da gusto dar la vuelta a las murallas, yo no me canso de disfrutar de esa panorámica de la ciudad.
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