Dimos por terminada la obra del pajar de la huerta pero había algo que no acababa de convencernos y era que quedaba demasiado oscuro, así que nos pusimos manos a la obra y con la inestimable ayuda de Jesús que hizo de albañil la cosa quedó solucionada en un par de días. Ahora tiene ventilación y luz, me queda poner alguna cortina que espero llegue a mi vuelta de Alcalá a final de mes porque allí tengo alguna que me puede servir muy bien para ese hueco, o al menos eso espero.
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